Al principio eran tan pocos que teníamos que usar desechables también, pero poco a poco fui aumentando mi stash y cada vez usábamos más la tela. Los usamos aproximadamente un año. Empecé a tener fugas y decidí no continuar. Al menos evitamos ensuciar el mundo durante algún tiempo.
Cuando me quedé embarazada del pequeño decidí darles una segunda oportunidad. Además, esta vez ya contaba con suficientes pañales y más experiencia. Compramos una secadora para facilitarnos el secado y me uní a un grupo de "pañaleras" en Facebook. Así, aprendimos aún más sobre los pañales de tela. Y una vez hubo nacido mi pequeño, después de tres semanas de vida, cuando ya hubo echado todo el meconio y no hacen una caca detrás de otra, empezamos a usar pañales de tela en exclusiva. ¡Y seguimos!
Todo mi stash en diciembre de 2012 (ahora hay alguno más, jejeje) |
Otra de mis pasiones por la tela son los fulares. A mis dos hijos les he porteado desde su nacimiento. Al primero por necesidad (vivíamos en el centro de Madrid en un tercero sin ascensor, rodeados de paradas de metro antiguas no aptas para carritos) y al segundo por gusto y por cuestiones prácticas. Un fular o una bandolera solucionan muchas situaciones difíciles cuando hay que atender a dos niños.
¡Y con tanto gusto! |
La lana también entro en mi vida a través de los pañales de tela. Fue todo un descubrimiento comprobar como un pañal cubierto por un cobertor de lana no cala y además hace que la piel del bebé transpire. Curiosamente es de lo mejorcito para el verano: pañal de tela y cobertor de lana = fresquito. Soy una fan total de este tipo de cobertores.
Cobertores de lana para pañales de tela |
Otro día os enseñaré cómo hacer un cobertor de lana (el rojo que aparece en la foto está hecho por mí). Incluso si no usáis pañales de tela, siempre pueden usarse en primavera u otoño como pantaloncito, o como braguita para poner encima de un pañal desechable por debajo de un vestido o falda, en el caso de las niñas.
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